El Diseño Corporativo
- Alinka Interiorismo
- 13 oct 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 may 2021
En el Diseño Corporativo hoy día ya no es suficiente sólo un espacio agradable y con elementos de moda. Un diseñador de espacios corporativos tiene que ir más allá, pero no es tan difícil si tomamos en cuenta los puntos básicos para crear espacios destacados.
En esta ocasión hablaremos de seis conceptos básicos que nos ayudarán a lograr nuestros objetivos de una mejor manera para crear espacios útiles y que cumplan con los requisitos para lo que han sido creados.

El Contacto
El espacio comercial es el espacio físico de contacto entre la empresa o producto y el cliente, y aunque hoy día las transacciones se han volcado hacia las experiencias en línea, las experiencias vívidas ayudan a cerrar el negocio y a generar un vínculo entre el consumidor y la marca. El punto de contacto es lo que al final genera una experiencia y nos separa de la competencia; puede haber muchas empresas o locales que ofrezcan lo mismo, pero la manera en la que interactuamos con el cliente es lo que nos distingue al momento de la transacción final y nos da la oportunidad de quedar en la memoria del consumidor de una forma positiva.

El Mensaje
En esencia, un diseñador de interiores es un comunicador, quien traduce el mensaje que el cliente quiere transmitir hacia sus consumidores a través de un espacio, punto de venta o servicio. El trabajo del interiorista es recibir la información del cliente, traducirla a través de un minucioso estudio de la empresa, la competencia, lo que se quiere transmitir y a quién va dirigido; y finalmente implementarlo en el lenguaje del consumidor.

La Personalidad
Recordemos siempre que al crear un espacio comercial, no estaremos siento los únicos en el mercado, ya que seguramente estaremos dentro de un universo de negocios que ofrecen el mismo producto o servicio, por lo que debemos siempre tratar de diferenciarnos creando una personalidad e identidad propia. “Si siempre tratas de ser normal, nunca sabrás lo sorprendente que puedes llegar a ser.” – Maya Angelou.

El Cliente
Nunca debemos de olvidar para quién trabajamos, y aunque nuestro cliente -el empresario- es quien paga, debemos enfocarnos en el consumidor final, ya que es él quien manda.
Debemos de aprender a transmitirle a nuestro cliente que hoy en día el consumidor se comporta de forma diferente, buscando experiencias únicas y personales. No podemos crear espacios abiertos si el consumidor final busca espacios más íntimos o viceversa.

La Función
Por supuesto que la estética es importante, pero siempre va de la mano de la funcionalidad. Un espacio estético es mucho más productivo si es funcional, y esto es un concepto básico dentro de todo el interiorismo.
Un espacio sumamente estético, con accesorios y elementos a la moda, con personalidad propia y hecho pensando en el cliente por supuesto que será atractivo, y será recordado; pero si no cumple bien con su función, si no se aprovecha bien el espacio, y si el consumidor no obtiene lo que espera, habremos creado un espacio inservible: Un gran diseño sin funcionalidad, es como un Ferrari sin motor.
Recordemos que hoy en día es muy fácil obtener cualquier producto o servicio desde la comodidad de nuestro hogar a través de una computadora, por lo que en un espacio comercial el consumidor busca una experiencia, y que el servicio no termina en la compra, sino en una seria de valores añadidos que lo llevarán a recomendar y a hablar de la misma.

La Optimización
Una vez que se han contemplado los puntos anteriores, resta este, no menos importante, que se refiere a la optimización de los recursos.
Siempre nos gustaría contar con presupuestos ilimitados para crear interiores sorprendentes y únicos, pero lamentablemente no siempre es así, pero debemos aprender a obtener los mismos resultados sorprendentes y únicos con el presupuesto asignado por parte de nuestro cliente; y en esto entra también mucha creatividad.
El diseño de un espacio debe de ir en función de el producto o servicio que se ofrece al cliente final, es decir, si ofrecemos un producto de lujo, pues tenemos que generar experiencias lujosas y, por ende, necesitaremos de un presupuesto mayor que si se tratara de un producto popular. Pero no por eso debemos detenernos ante los presupuestos limitados, ya que a través de nuestra creatividad podemos lograr el mismo efecto con la gran cantidad de recursos que hoy en día se utilizan dentro del diseño.

Como cierre, recordemos siempre que un buen diseño de interiores va de la mano con una buena metodología, creatividad, y sobre todo, una buena comunicación con el cliente.

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